Serie A
El técnico del Lazio se impuso en el duelo ante el Bolonia, entrenado por su hermano Filippo
Incontables son los casos de hermanos que comparten una pasión deportiva y que además ven cómo en ocasiones sus caminos se cruzan para medirse cara a cara.
Ayer en Italia, en una jornada atípica en la que se instauró el «Boxing Day» inglés, un apellido ilustre estuvo más presente que nunca. Filippo y Simone Inzaghi se enfrentaban ayer en el choque entre el Bolonia y el Lazio, un duelo que se llevó el pequeño de ellos, Simone (0-2).
Simone, de 42 años, ya se ha labrado una reputación en los banquillos, incluso el pasado curso estuvo a punto de meter al Lazio en la Champions League y en la presente temporada está considerado como un candidato a llevarse la Europa League.
La historia de Filippo es dispar respecto a la de su prójimo. Al poco tiempo de retirarse como futbolista, tomó las riendas del Milán en el año 2014. Los malos resultados y la décima posición en el Calcio le condenó al despido. En 2016 volvió a entrenar, en esta ocasión al Venezia FC, al que llevó a la Serie B.
Este ha sido su retorno a la máxima categoría del fútbol italiano de la mano del Bolonia, que se encuentra tras la derrota ante el Lazio en una delicada decimoctava posición que le devolvería a la Segunda división.
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