La vicepresidenta insiste en que la aprobación de las cuentas públicas de 2019 sería beneficiosa para la Generalitat
Las protestas contra los recortes aplicados por la Generalitat en Cataluña desde 2011 han abierto un escenario que el Gobierno quiere aprovechar para que ERC y PDeCAT apoyen los Presupuestos de 2019. Los partidos independentistas votaron a favor de la moción de censura contra Mariano Rajoy pero se niegan a hacer lo mismo con las cuentas públicas del año que viene. El argumento en el que se escudan es la situación de los impulsores del procés en prisión. Las dificultades de la Generalitat, que afronta la cuarta jornada de protestas laborales y sociales, han llevado a la vicepresidenta Carmen Calvo a invitar a estos partidos a que den su apoyo a los Presupuestos.
La número dos del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha recordado que la responsabilidad del Govern de Quim Torra, integrado por Esquerra y la antigua Convergència, es “gestionar Cataluña porque para eso gobiernan y los eligieron”. “A los ciudadanos siempre hay que escucharlos y a los problemas darles respuesta y el Gobierno español está en esa disposición. Por eso estamos haciendo unos Presupuestos Generales que serán buenos para Cataluña”, ha añadido Calvo antes de la entrega de premios por la lucha contra la violencia de género en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Los paros también están aumentando la presión sobre el Govern para aprobar los presupuestos catalanes. El vicepresidente económico de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, se sienta este jueves con Catalunya en Comú para intentar sacar adelante unas nuevas cuentas y no tenerlas que prorrogar por segundo ejercicio consecutivo.
El próximo 12 de diciembre están convocados a la huelga los 160.000 funcionarios de la Generalitat y trabajadores de empresas públicas. Los funcionarios catalanes son los únicos que no han recuperado las pagas extras de 2013 y 2014. Dos tercios de los médicos de atención primaria están en huelga desde el lunes -el sector denuncia que ha perdido el 30% de su poder adquisitivo desde 2011- y las matrículas universitarias figuran entre las más elevadas.
“Llevamos mucho tiempo diciendo algo que creo que hoy cobra mucho sentido. Hemos de ser leales, pero también trabajar por los problemas de Cataluña. Nosotros estamos en esa disposición porque es lo que importa en la política y lo que importa para cualquier gobierno”, ha incidido la vicepresidenta. El Gobierno cree que los problemas de la Generalitat, que responsabiliza al Ejecutivo de la falta de financiación para cubrir sus gastos, podrían hacer cambiar la posición de ERC y PDeCAT. Lo contrario sería dar por rota la mayoría que hizo posible el cambio de Gobierno hace seis meses, como ya dio por hecho el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el pasado viernes.
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